¡Es bonito acompañar! Es un aprendizaje casi más trascendente para la persona que tiene la oportunidad de acompañar, de estar. Es necesario sostener y sentirse sostenido, cuando la emoción nos desborda, agradecemos tener una persona segura, tranquila, generando confianza, respetando ese momento y validando nuestro sentir.
Cuando tengo la oportunidad de formar parte de un espacio formativo, especialmente con equipos educativos de escuelas infantiles de 0-3 años, hay preguntas que son recurrentes, ¿Cómo acompañar respetuosamente en la escuela cuando tenemos unas ratios que no nos facilitan la tarea?, ¿Cómo documentar ese proceso de acompañamiento en contextos no directivos?, ¿Contamos con algunas herramientas de observación que se manejen con facilidad?
“…más allá de lo difícil y de lo incierto, y, a pesar de todo, existe la realidad de la infancia que demanda e impone su identidad: a la que hay que dar crédito e instrumentos para que no sea alienada y desconocida desde su nacimiento”.
Malaguzzi (2001)
Precisamente, estos contextos menos favorables que estamos comentando, como es la ratio, los recursos humanos y materiales, los espacios poco preparados… son razones que justifican con más fuerza si cabe, la necesidad de trabajar desde esta mirada.
Ya lo decía nuestro querido Loris, el ambiente es un educador más que, entre otras cosas, no paga Seguridad Social… jeje! ¡Vaya si era cachondo! Pues no le faltaba razón, cuando preparamos un espacio, cuando creamos un ambiente con claras posibilidades pedagógicas, cuando presentamos un material no estructurado y bien seleccionado… Estamos generando el contexto perfecto para que los niños y niñas entren en escena, se conecten con el material y empiecen a disfrutar. A partir de aquí… ¿Qué ocurre en el aula? Aparece la magia, porque se crea un silencio muy especial, casi sobrecogedor, ¡Me emociona! Pero… honestamente, no es magia, es tan sencillo como ofrecer a las criaturas recursos naturales, sensoriales, que se prestan a la manipulación y exploración, que conectan verdaderamente con sus intereses y necesidades, esa es la explicación natural. Cuántas veces hemos visto a un bebé jugando con una mota de polvo al trasluz, la sombra de su mano o con los diferentes sonidos y gorjeteos que puede emitir su voz. Todavía recuerdo cuando mi hija mayor jugaba tooooda una comida en familia con una cuchara y un tenedor, tenían un romance entre ellos espectacular que veíamos que vivía con emoción e intensidad.
Cuando tenemos la suerte de cruzarnos con un maestro o maestra que sabe acompañarnos y ofrecernos este tipo de experiencias, se queda una impronta para siempre, y te acompañará toda la vida. Recuerdo la película de La lengua de las mariposas (José Luís Cuerda, 1999)
Podemos describir algunas medidas concretas de centros que llevan tiempo poniendo en marcha. La Revista 177 de Rosa Sensat, tiene un artículo que merece la pena pararse a leer y tomar algunas notas…
«Miradas» es una estrategia de trabajo conjunto entre el Ciclo Formativo de Técnico Superior en Educación Infantil (TSEI) del IES Fernando de Rojas y las escuelas infantiles y otras instituciones y colectivos de atención a la infancia de 0 a 3 años de Salamanca, y tiene como objetivo hacer visibles las necesidades de los niños y las niñas en esta etapa de la vida, bajo la mirada de las personas que los acompañan en esas instituciones, reivindicando así la importancia de la tarea que realizan.
Así pues, va ganando sentido este planteamiento pedagógico, en el que están ocurriendo muchas cosas en un aula porque, mientras una parte del grupo disfruta de una instalación, podemos coger en brazos para facilitar el descanso o dar un desayuno o sencillamente abrazar, atendiendo esa parte arte física y emocional tan necesaria. Siempre me gusta recordar que este planteamiento respetuoso, lo es no sólo para las criaturas que, ¡Por supuesto! sino también para las y los acompañantes. Tenemos una ocasión maravillosa para poder parar, respirar, acompasar el ritmo del grupo y atender, ¡Por qué no! también el nuestro.
En mi época como directora de una escuelita del 1º ciclo de Educación Infantil, vivía a diario estos diferentes escenarios en el que ocurrían cosas. Lo más importante es saber que no era necesario intervenir en todas ellas y eso nos permitía acudir a lo realmente importante. Había grupos participando en diferentes talleres o instalaciones y al mismo tiempo había criaturas ya habían empezado a participar en la propuesta, otras que descansaban en las hamacas, y la educadora atendía necesidades a tiempo real, como dar un bibi, facilitar un descanso, cambiar un pañal o acompañar al baño, intervenir en un conflicto que requiere al adulto… ¡Desde esta perspectiva sí podíamos acompañar estos momentos!
Parece que sí se puede acompañar respetuosamente aunque los elementos no nos acompañen, sin embargo, queda pendiente la idea de documentar la vida de la escuela, la evolución que cada criatura sigue, documentar los procesos, las transiciones, lo cotidiano… Tenemos una herramienta hecha de forma casera, una de las múltiples opciones que tenemos para documentar y que os queremos compartir… ¡Ahí va! Es un registro de documentación para un taller no estructurado:
Un grupo de escuelas de Madrid, Río de Alisos, Cantinela, Manzanares y Casa de Niños de Guadalix de la Sierra, iniciaron un proceso de documentación que se fue plasmando en un “Diario de la Tribu” expuesto en la puerta del aula para que lo pudieran leer las familias u otras personas que iban a la escuela. Desde la revista Tarbiya de Innovación e Investigación Educativa, recogieron todo el proceso. Aquí presentamos algunos de sus fragmentos, son deliciosos…:
27 de noviembre de 2015
Durante estos días me detengo en las miradas, miradas de los niños, de los adultos, de niños a niños, de niños a adultos…y voy dándome cuenta de todo lo que implica una simple mirada. Jorge mira a Ionut, y con una simple mirada y un tímido gesto de estrecharse las mano, caminan juntos con el único fin de estar juntos.
Carla mira por la rendija de la puerta, y por un pequeño agujero, ve grandes cosas, a los compañeros de la clase de al lado comiendo. Mira y sonríe. Miradas que les hacen sentir, aprender, seguir mirando. ¡Me dedicaré más a mirar! Mirar lo que hace cada niño y así conocerle aún más.
4 marzo de2016
Los días pasan, las semanas, los meses… Toca tiempo de frio. Salimos al patio muy abrigados. Gorros y bufandas para disfrutar del aire libre. No importa el frío para que Alejandro construya casas con cajas, Nicolás, Aroa y Cristina paseen de la mano juntos, Carlos acaricie a Adriana, Jorge lance arena con la pala, Ionut, Lucas y Arón hagan carreras de motos, Y yo observe los movimientos de cada uno, dejándoles espacio para jugar, compartir, resolver conflictos, ser ellos mismos.
Os animamos a seguir explorando esta senda, verdaderamente merece la pena.